En Perú, el presidente Martín Vizcarra decretó anoche estado de emergencia nacional por 15 días; mientras que el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó, ayer por la mañana, cuarentena en siete estados del país. Ecuador también dispuso restricciones para la movilización de personas y vehículos, mientras los aeropuertos están prohibiendo la llegada y salida de vuelos a diferentes partes del mundo.
Dentro de este paquete de medidas, no se ha mencionado cómo tienen planeado los gobiernos de Latinoamérica atender a las poblaciones indígenas. Mongabay Latam conversó con expertos y líderes de estos grupos para tener un panorama claro de los riesgos que enfrentan estas comunidades y, sobre todo, los pueblos en aislamiento y contacto inicial de la región.
La situación de los pueblos indígenas es de extrema vulnerabilidad. Huertas menciona que en las comunidades indígenas la prevalencia de enfermedades como la hepatitis B, la tuberculosis, la malaria o el dengue es alta. “¿Cómo afrontarán el COVID-19? Además, las altas tasas de anemia afectan su sistema inmunológico y los dejan sumamente expuestos a las enfermedades”.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más del 50 % de los indígenas mayores de 35 años padece diabetes tipo 2. Además, los pueblos indígenas experimentan altos niveles de mortalidad materna e infantil, desnutrición, afecciones cardiovasculares, VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas —como el paludismo y la tuberculosis—, se menciona en la página web del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
“Los pueblos indígenas tienen una salud mucho más precaria, más probabilidades de quedar discapacitados y de que su calidad de vida disminuya y, en última instancia, de morir más jóvenes que los demás pueblos”, explica la ONU.
La doctora en geografía de la salud, Carol Zavaleta, señala que los pueblos indígenas son una población en alto riesgo. “No tenemos datos de lo que pasó en zonas indígenas de Perú con las anteriores pandemias. En el caso del H1N1 [gripe A], los datos de Estados Unidos, Australia y Canadá y las tasas de mortalidad para los indígenas fue de tres a siete veces más alta comparados con los no indígenas”, agrega la investigadora de la Unidad de Ciudadanía Intercultural y Salud Indígena de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
A Zavaleta le preocupan las tasas de desnutrición y de anemia de los pueblos indígenas, así como el pobre acceso a buenos servicios de salud y la ausencia de agua potable. Recuerda también lo que ha sucedido con el VIH, cuando ingresó el contagio y no se pudo controlar en pueblos como el awajún en Perú.
Pese a que no existen datos en los países Latinoamericanos sobre estas infecciones foráneas actuales, Zavaleta precisa que sí se cuenta con información de los brotes epidémicos durante la llegada de misiones religiosas y de personas que ingresaban a la Amazonía para realizar actividades extractivas. “En ninguna de esas circunstancias la mortalidad de los indígenas es menor o igual que los no indígenas. Esta es, además, una enfermedad foránea y por tanto completamente nueva para ellos”, comenta la también becaria de la Fundación Wellcome Trust de Inglaterra.
Entre las medidas propuestas por la organización indígena regional se plantea un estricto control de entrada y salida a los territorios indígenas, en especial de las personas que no pertenecen a estas comunidades, así como limitar el acceso de los indígenas a lugares de turismo o donde se encuentren multitudes. Además, sugieren elaborar planes específicos ante posibles brotes del coronavirus.
“Son 506 pueblos indígenas que estarían en inminente riesgo, además de 76 pueblos indígenas en aislamiento, cuyo sistema inmunológico es muy débil y cualquier gripa los puede llevar a la desaparición. Una pandemia de esta magnitud para las comunidades nativas significaría una catástrofe de grandes proporciones”, señala el líder colombiano, Robinson López, coordinador de cambio climático y biodiversidad de la COICA.
López menciona que las actividades de turismo se deben suspender de manera inmediata en los territorios indígenas, de tal forma que se pueda evitar cualquier contagio. Además, considera que los líderes indígenas que se encuentran fuera de sus territorios no deben retornar a sus comunidades puesto que podrían ser los portadores del virus.
López agregó que las autoridades indígenas pueden tomar decisiones independientes de control en sus territorios y restringir el ingreso a los mismos.